Pregunta:
¿Cómo debemos responder ante las pruebas?
Respuesta:
Por supuesto que todos los creyentes genuinos en Cristo sufrirán pruebas. Jesús dijo: “En el mundo tendréis aflicciones…” (Jn 16:33). El significado del vocablo “tribulación – aflicciones, sufrimientos” incluye “presiones, opresiones, tensiones, angustias, trastornos, adversidades, aflicciones y depresiones”. Las tribulaciones representan a un cristiano seguidor de Cristo que ha sido liberado -es libre y desatado de sus grillos y cadenas- y quien por tal razón, es puesto en grandes presiones y sufrimientos por la causa del Evangelio.
Somos libres en Cristo. No obstante, este mundo nos acarrea presiones, tribulaciones y pruebas. ¿Cómo podemos triunfar sobre las pruebas y crecer a través de ellas? Seguidamente exponemos algunos puntos que pueden ayudarnos.
1- La oración.
La oración es esencial si queremos tener éxito en triunfar sobre las pruebas. El apóstol Pablo declaró: “Orad sin cesar”. Es necesario perseverar orando continuamente, suplicando a Dios que nos de fuerzas, gracia y sabiduría. Tenemos que orar a El para que nos santifique durante las pruebas y que las use para Su gloria y nuestro bien. Es urgente examinar nuestros corazones y permitir que Dios purifique nuestras impurezas de la carne y del espíritu. Por supuesto que tenemos que renunciar a nuestro orgullo -arrogancia- y al esfuerzo propio, clamando a Dios humildad por Su ayuda y poder.
La oración es esencial si queremos tener éxito en triunfar sobre las pruebas. El apóstol Pablo declaró: “Orad sin cesar”. Es necesario perseverar orando continuamente, suplicando a Dios que nos de fuerzas, gracia y sabiduría. Tenemos que orar a El para que nos santifique durante las pruebas y que las use para Su gloria y nuestro bien. Es urgente examinar nuestros corazones y permitir que Dios purifique nuestras impurezas de la carne y del espíritu. Por supuesto que tenemos que renunciar a nuestro orgullo -arrogancia- y al esfuerzo propio, clamando a Dios humildad por Su ayuda y poder.
Necesitamos poseer un corazón crédulo. Tenemos que confiar en que Dios tiene un propósito para nuestras pruebas y que suplirá todo lo necesario para soportarlas. El nos dará la sabiduría a medida que se lo pidamos (lea Stg 1:2-8), a fin de que sepamos qué hacer en respuesta a las pruebas. Por supuesto que Dios saldrá a nuestro encuentro para enseñarnos, consolarnos y ayudarnos.
a- Ore en el Espíritu
Las pruebas pueden ser desalentadoras y hasta abrumadoras. A veces no podemos hallar las palabras adecuadas con las que orar. Es en estas ocasiones que debemos orar en el Espíritu. Cuando lo hacemos así, el Espíritu Santo nos ayuda para orar según la voluntad de Dios (Ro 8:26, 27).
Las pruebas pueden ser desalentadoras y hasta abrumadoras. A veces no podemos hallar las palabras adecuadas con las que orar. Es en estas ocasiones que debemos orar en el Espíritu. Cuando lo hacemos así, el Espíritu Santo nos ayuda para orar según la voluntad de Dios (Ro 8:26, 27).
El orar en el Espíritu es además, es una manera poderosa y efectiva de edificar nuestra fe (Judas v 20). Las pruebas a veces pueden ser ataques directos de Satanás o los demonios. En tales casos, debemos someternos a Dios y resistir al diablo (Stg 4:7), siempre batallando en oración suplicante (Ef 6:10-18).
b- Ore y ayune
El ayunar ayuda a aquietar nuestros impulsos carnales y a hacernos sensibles a la voz del Espíritu Santo. A medida que usted inicia el ayuno, asegúrese de que ora a menudo. También, tome tiempo para esperar quedamente en Dios. Dele tiempo para que El le ministre y hable tiernamente a su corazón.
El ayunar ayuda a aquietar nuestros impulsos carnales y a hacernos sensibles a la voz del Espíritu Santo. A medida que usted inicia el ayuno, asegúrese de que ora a menudo. También, tome tiempo para esperar quedamente en Dios. Dele tiempo para que El le ministre y hable tiernamente a su corazón.
2- “¡Tenga por sumo gozo!”
Pablo y Silas habían sido azotados severamente y echados en prisión por predicar el Evangelio. No obstante, esa misma noche comenzaron a orar y a cantar alabanzas a Dios en su celda (Hch 16: 22-25).
Pablo y Silas habían sido azotados severamente y echados en prisión por predicar el Evangelio. No obstante, esa misma noche comenzaron a orar y a cantar alabanzas a Dios en su celda (Hch 16: 22-25).
Dios, en su fidelidad, puso esos “cantos de liberación” en sus corazones(Sal 32:7). Mientras cantaban, vino un terremoto repentino que sacudió la prisión y los grillos cayeron de us pies y manos, liberándolos, junto a los demás prisioneros. Hasta el carcelero se convirtió. Como resultado, una iglesia fuerte fue establecida en Filipo.
¿Cómo pudieron Pablo y Silas cantar durante tal prueba? Porque eran misioneros humildes y entregados completamente a Dios, quien los llamó y formó para sufrir por el evangelio de Jesucristo. Ellos confiaban de que Dios protegería sus vidas para la causa. Pablo reconoció que la mano de su Dios estaba obrando en cada prueba y reto de sus vidas. ¡Maravillosa es la fe y gracia dadas por el Creador!
Dios es siempre digno de nuestro loor -alabanzas. A medida que le adoramos, nuestros ojos y espíritus se elevan al cielo. Su esperanza y gozo llenan nuestros corazones, y nos suple fortaleza para resistir las pruebas.
Podemos tener gozo y expresar acción de gracias a Dios en medio de las tribulaciones (Juan 16: 33; Stg 1:2). Sabemos que El las usará para nuestro bien y para Su gloria (He 12:3-11).
Podemos obtener la victoria a través de las pruebas si tornamos nuestros corazones a Dios en humilde adoración:
“Mas a Dios gracias, el cual hace que siempre triunfemos en Cristo Jesús…” (2 Co 2:14).
fuente:estudiosbiblicoscristianos.net
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